La energía solar, que es probablemente la mejor alternativa para que comencemos a reemplazar los combustibles fósiles que tanto nos dañan a nosotros y a nuestro planeta, está felizmente en una etapa de expansión.
Hay países que están creando enormes plantas solares, nuevos diseños que hacen la captación más eficiente, e incluso se está difundiendo esta tecnología como para que cualquiera pueda armar un panel solar en su casa.
Sin embargo, mientras que países que cuentan con largas épocas de buen clima y grandes extensiones desérticas, como Estados Unidos, India y recientemente Chile están instalando grandes plantas fotovoltaicas; para otras regiones, como podrían ser ciudades como Londres en las que la lluvia y las pocas horas de sol son moneda corriente todo el año, o regiones como el sudeste asiático, que cuentan con épocas enteras de lluvia constante, el aprovechamiento de la energía solar es todo un desafío.
La buena noticia es que, pensando en ese inconveniente, científicos y diseñadores chinos idearon los solar-pluviale, unos paneles de energía solar que también pueden producir energía a partir de la lluvia.
Estos nuevos paneles son instalaciones idénticas a las fotovoltaicas actuales, capaces de transformar la luz solar en un flujo constante de electricidad, pero que en su recubrimiento cuentan con una capa de grafeno, una sustancia formada por carbono que puede absorber energía de las gotas de lluvia.
El grafeno, que compone las células de estos paneles, es un material fino, flexible y más resistente que el acero, económico para producir y con una gran conductividad. Pero, sobre todas las cosas, tiene la maravillosa propiedad de nutrirse de energía mediante las precipitaciones.
Esto se explica porque las gotas de lluvia no están formadas únicamente de agua, sino que en su composición haysales, que se disocian en iones positivos y negativos. El sodio, el calcio y el amonio están cargados positivamente e integran estas gotas que proceden de la lluvia. Estos iones reaccionan en contacto con el grafeno para conformar lo que los especialistas en electrónica de potencia hacen llamar un “súpercapacitor”.
Esta diferencia de energía potencial entre la capa de grafeno y la de agua es capaz de generar una corriente eléctrica fuerte mediante el intercambio de electrones.
¡Ojalá que este invento pueda convertirse en un nuevo paso hacia un mundo que funcione solo gracias a las energías limpias y renovables!